Der Kastanienbaum: XI
Brennen
Desperté en la madrugada del domingo y no pude reconciliar el sueño. Quería salir de ahí, quería desaparecer... quería morir.
No había nada peor que la visita de mis padres, me insultan y regañan, y aun así quieren que pague la casa con mi dinero.
La vida se ha vuelto tan injusta desde que conocí el significado de la palabra amor. Algo que creo que nunca he tenido, y creo que nunca tendré.
A regañadientes me preparé un desayuno, que curiosamente me quedó delicioso.
Nunca me ha gustado aceptarlo, pero creo que tengo un don para la cocina, siempre que preparo algo me queda delicioso... aunque tal vez solo sea porque yo lo pruebo.
Pasó un rato y se me ocurrió una idea perfecta. Ir a casa de alguno de mis compañeros de clase.
Hablé primero con José, pero ese día tenía que trabajar; le pregunté a Nadya, pero ese día tenía que estar con su familia; y Jazz... bueno... sabía de alguna manera que me rechazaría.
Terminé llamándola de todas formas. Me sentí aliviado cuando me dijo que si. Entonces, me dispuse a salir de mi casa.
Justo en la puerta encuentro a mis padres, me preguntaron que si estaba haciendo evitándolos, a lo que yo dije para irme de una vez por todas "Tengo una cita".
Y salí corriendo sin mirar atrás. No se como se lo tomarían mis padres, pero se que no me importa como lo tomen.
Camine por ese camino con una sensación curiosa en el corazón, quería llegar para ver a Jazz, pero no quería moverme por el hecho de que sólo quería no estar en mi casa.
Pero al fin llegué a su casa y lo primero que dije fue "¿Estás sola?", a lo que ella respondió "¡Henry!, eso me da miedo, suenas tan pervertido".
Yo reí y entre a su casa, parecía que no había nadie así que le pregunté a Jazz "¿Puedo saltar en tu sillón repetidas veces sin causar daño alguno?", a lo que ella sólo dijo "Lol, si quieres".
Sólo me senté y cerré los ojos.
Pasó un buen rato sin que alguien me moviera de mi lugar, hasta que ella saltó en el sillón, generando un efecto del lado contrario, es decir, justo donde yo estaba.
Eso me despertó ipso facto. Abrí los ojos un poco malhumorado y le dije casi sin pensar "No me dejas soñar a gusto contigo, y si querías despertarme, la manera correcta es con un beso", dicho esto, volví a cerrar los ojos.
Pasados unos segundos desperté alterado diciendo ""¡No! ¡No! ¡No! ¡Espera! ¿Qué dije?", a lo que ella respondió "Que te besara, pero no, no pretendo hacerlo... No Henry, No". Entonces le pregunté "Y ¿Vamos a comer?, O ¿Pido unas hamburguesas?". Ella me dijo que lo que yo quisiera, así que fui a la cocina y comencé a cocinar.
Nunca había cocinado antes para alguien que no fuera yo.
Pasó el día, comimos, bromeamos, pensamos, y después me fui a casa. No quería llegar porque sabía que mis padres iban a estar ahí y me iban a... no se... eso era la que me intrigaba.
Pero al llegar y abrir la puerta no vi a nadie, sólo había una nota posada en la mesa que decía "Hijo, esperamos que te halla ido bien en tu cita, la próxima vez te avisaremos antes de venir para no interferir en tus planes, los cuales NO NOS CONTEMPLAN".
Quemé esa carta y me fui a dormir.
No pude dejar de pensar en lo que le dije a Jazz.
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