Me cansé de rogarle

Querida mía, te escribo, no para quejarme de mi soledad como siempre, o para decirte que sigo viendo tu rostro cada vez que miro al cielo, sino que te escribo para decirte que encontré a alguien pa' pasármela tranquilo, como tú querías que me la pasara.

Pero no me malinterpretes, pequeño lucero, que tu nombre seguirá retumbando en mis orejas como el estruendo de una 30-30, y tus ojos seguirán brillando en mi cielo nocturno después de 4 tequilas y un trago de aguardiente, cuando la voz de tu Pedrito se escuche en la cantina como siempre.

¡Ay! pero de veras que no te olvido, te lo juro que no, sólo te voy a pensar mientras duermo en los brazos de otra flaca.

Y ahí le dejo "nomás" a estas palabras, que si no mi blanquita se enoja y me las hace ver más negras.

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