6.8.15
Allá en el monte, por donde sale el sol, hay unos rosales que te pintó mi amor, unos rosales que piden a gritos tu nombre, unos rosales con forma de corazón...
Allá en el cielo, donde tu dios nos mira y el mío nos escucha, se esconden miles de tímidas margaritas que brillan de noche y cantan tu nombre y el mío...
Allá por el bosque, donde las flores silvestres y los frutos salvajes nos hacen ojitos, hay un claro donde yacen unas piedras que nos esperan para mirar juntos la luna...
Sabrá dios si escuchas tu nombre en las osas, o el mío en las estrellas, pero aún así les pido que te sigan llamando a mi lado con la fe ciega, con que se cree en un dios, en el recuerdo de nosotros en el que sólo yo creí...
Ven conmigo, mi niña, vamos a mirar las lunas y las estrellas, esperando recordar en cada una de ellas los besos que no nos llegamos a dar...
Si no... no quiero seguir viéndolas sin ti.
Allá en el cielo, donde tu dios nos mira y el mío nos escucha, se esconden miles de tímidas margaritas que brillan de noche y cantan tu nombre y el mío...
Allá por el bosque, donde las flores silvestres y los frutos salvajes nos hacen ojitos, hay un claro donde yacen unas piedras que nos esperan para mirar juntos la luna...
Sabrá dios si escuchas tu nombre en las osas, o el mío en las estrellas, pero aún así les pido que te sigan llamando a mi lado con la fe ciega, con que se cree en un dios, en el recuerdo de nosotros en el que sólo yo creí...
Ven conmigo, mi niña, vamos a mirar las lunas y las estrellas, esperando recordar en cada una de ellas los besos que no nos llegamos a dar...
Si no... no quiero seguir viéndolas sin ti.
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