Loco

Ella era real, lo juro por Dios que lo era.

Sus ojos llenos de luz, su cabello de oro, su piel de blanca porcelana. Ella era real.

Sé que era real porque me acompañó por la vida con su sonrisa radiante y sus mejillas sonrosadas, dándome siempre los consejos que necesitaba

Sé que era real porque era tan Ella que no necesitaba de un Yo para existir, pero estaba conmigo.

Sé que era ella porque con su sonrisa iluminaba mis días oscuros y pintaba de arcoíris mis días lluviosos.

No necesito decir más para justificar que ella, incluida su voz de ruiseñor y su piel de rosa, era real.

Siempre me fascino su manera de ser como una muñeca de trapo, combinando preciosidades en su ser, mezclando poesía en su existencia, siendo arte en movimiento.

Ella era lo más precioso que vi en mi vida y ¡cuán bendecido era yo! pues la tenía.

Era ella y sólo ella la tinta en mis palabras, la tintura en mis dibujos, la notación en mi música. Era ella y nada más.

-Me agrada escuchar avances, Sr. Willson, pero me temo que por hoy nos hemos quedado sin tiempo. Lamentablemente no hemos mejorado en nada. Podría decir incluso que se ha vuelto loco.