Tequila caliente
Me gusta el cielo, y no sólo porque es distinto cada día, o porque un pintor imaginario refleje en él tus ojos brillantes... me gusta el cielo porque te gusta a ti.
Me gustan las nubes, y no sólo porque en ellas puedo descansar el alma, o porque sus formas excitan mi imaginación... me gustan las nubes porque te gustan a ti.
Desde el inicio del tiempo, o quizás sólo del universo, me ha atraído tu existencia, ya sea por tu inigualable belleza o por tu tremenda estatura.
Más las palabras me resultan vanas al intentar de amor hablarte, pues si no son las ajenas melodías las que me lo impiden, son aquellas que nacen de mi mente.
Déjame sólo un instante atravesar tu atmósfera. Déjame sólo un instante quedarme entre tus brazos para decirte, aún sin palabras, las poesías que no me atrevo a recitarte.
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