La pluie: 5
-¿Me puedes repetir por qué no podemos llegar con el lobo por una de tus puertas?- le preguntaste a DEDI mientras caminaban por un pequeño en dirección a una montaña -que resultó ser un volcán-.
-La última vez que usé una puerta para visitar a Sapalrrostirg, sin querer abrí un hueco en su volcán y provoqué un pequeño incendio en la selva. Él se enojó tanto que provocó la gran erupción; tuvo que reconstruir la selva de nuevo por mi culpa. Por eso ya no puedo usar las puertas para visitarlo.- respondió él sin dejar de mirar hacia el frente.
El bosque por el que pasasteis era distinto de los bosques que conocías; los árboles realmente parecían árboles, eran más como grandes troncos quemados son pequeñas ramas con pocas hojas de un gris un poco verdoso.
-No son los árboles que conoces. Estos bosques son minas de leño puro. Uno puede conseguir leño de minas como esta, o con un quemado especial de ciertas plantas- dijo DEDI como su hubiera leído tus pensamientos, lo cual era algo muy posible, ya nada podía soprenderte en esa tierra extraña.
De pronto el bosque se acabó y DEDI dijo algo que te heló la sangre. -Toma esta espada, la necesitarás aquí para las mangas parlantes y las arpías-.
La verdad que era una espada tan bonita como pesada. No podías dejar de estar atento a tu alrededor, ya que una extraña bruma se apareció poco después de que DEDI te dio la espada.
-¿Cómo reconoceré a las mangas parlantes?¿Qué son?¿Cómo son las arpías?- preguntaste nerviosamente sin obtener una respuesta, pues DEDI ya se había adelantado demasiado.
Entonces escuchaste algo que se arrastraba lentamente sobre la tierra y tuviste miedo, volteaste a todos lados mirando desde el suelo hasta el cielo.
Cuando de repente tus brazos se levantaron en alto y dejaron caer un tremendo tajo contra algo en el suelo que parecía ser una serpiente hueca con la boca llena de afilados dientes.
"Las mangas parlantes no andan solas" te había dicho DEDI anteriormente, así que levantaste la espada y esperaste lo peor.
Pero sólo DEDI se apreció entre la niebla y te dijo -¡Oh!, veo que se me escapó una. Buen trabajo, veo que la espada se sincronizó perfectamente- mientras seguía caminando.
Después de algunas horas de caminar y caminar, atravesasteis la niebla y lograsteis ver la selva, la cual tenía de fondo el gran volcán de Sapalrrostirg.
-Me podrías repetir, ¿Por qué él vive en el volcán?- preguntaste un poco temeroso.
-Porque ahí está más cerca de la tierra, elemento que él representa. Así como Sarof y Oel están cerca de la luna y el sol.- respondió DEDI con un tono serio.
No sabes aún como sobrevivirás al calor del volcán, ni a la selva que, conociendo la niebla, parece ser muy peligrosa.
-La última vez que usé una puerta para visitar a Sapalrrostirg, sin querer abrí un hueco en su volcán y provoqué un pequeño incendio en la selva. Él se enojó tanto que provocó la gran erupción; tuvo que reconstruir la selva de nuevo por mi culpa. Por eso ya no puedo usar las puertas para visitarlo.- respondió él sin dejar de mirar hacia el frente.
El bosque por el que pasasteis era distinto de los bosques que conocías; los árboles realmente parecían árboles, eran más como grandes troncos quemados son pequeñas ramas con pocas hojas de un gris un poco verdoso.
-No son los árboles que conoces. Estos bosques son minas de leño puro. Uno puede conseguir leño de minas como esta, o con un quemado especial de ciertas plantas- dijo DEDI como su hubiera leído tus pensamientos, lo cual era algo muy posible, ya nada podía soprenderte en esa tierra extraña.
De pronto el bosque se acabó y DEDI dijo algo que te heló la sangre. -Toma esta espada, la necesitarás aquí para las mangas parlantes y las arpías-.
La verdad que era una espada tan bonita como pesada. No podías dejar de estar atento a tu alrededor, ya que una extraña bruma se apareció poco después de que DEDI te dio la espada.
-¿Cómo reconoceré a las mangas parlantes?¿Qué son?¿Cómo son las arpías?- preguntaste nerviosamente sin obtener una respuesta, pues DEDI ya se había adelantado demasiado.
Entonces escuchaste algo que se arrastraba lentamente sobre la tierra y tuviste miedo, volteaste a todos lados mirando desde el suelo hasta el cielo.
Cuando de repente tus brazos se levantaron en alto y dejaron caer un tremendo tajo contra algo en el suelo que parecía ser una serpiente hueca con la boca llena de afilados dientes.
"Las mangas parlantes no andan solas" te había dicho DEDI anteriormente, así que levantaste la espada y esperaste lo peor.
Pero sólo DEDI se apreció entre la niebla y te dijo -¡Oh!, veo que se me escapó una. Buen trabajo, veo que la espada se sincronizó perfectamente- mientras seguía caminando.
Después de algunas horas de caminar y caminar, atravesasteis la niebla y lograsteis ver la selva, la cual tenía de fondo el gran volcán de Sapalrrostirg.
-Me podrías repetir, ¿Por qué él vive en el volcán?- preguntaste un poco temeroso.
-Porque ahí está más cerca de la tierra, elemento que él representa. Así como Sarof y Oel están cerca de la luna y el sol.- respondió DEDI con un tono serio.
No sabes aún como sobrevivirás al calor del volcán, ni a la selva que, conociendo la niebla, parece ser muy peligrosa.
Sarofxalnogru está hecho de plata pura, de ahí su nombre. |
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