/él/

Y aquí estoy, afuera de tu puerta, recordando en silencio las palabras bonitas que nunca escucharé de ti, aquellas palabras que nunca salieron de tu boca... aquellas palabras que nunca nos dijimos.

Aquí estoy, afuera de tu corazón, recordando con melancolía los momentos bonitos que nunca pasamos juntos, los momentos bonitos que solíamos planear, los momentos bonitos que juramos algún día... y nunca cumplimos.

Pero, ¿Sabes? la culpa no fue tuya, no fue mía y, sin embargo, los dos tenemos razón.
Los dos prometimos algo que no se cumplió: Nos prometimos un mundo que se resquebrajó sobre nuestros hombros dándonos ninguna oportunidad de sobrevivir, nos prometimos un futuro brillante que se quemó con sus propias pretensiones, nos prometimos un nosotros que ya no existe.

Y sin embargo quizás aún nos puedo ver a veces en algunas pequeñas cosas que a veces imagino o hago: ese tango que nunca me gustó, ese instrumento que nunca pude tocar, ese té que nunca me animé a probar.

Pues te volviste parte de ese algo que ahora me hace mirar hacía arriba, o al menos mirar en otra dirección, te volviste parte de ese algo que ahora soy... te volviste un recuerdo incrustado en mi memoria.